Episiotomía
La episiotomía es un corte quirúrgico que se realiza en el perineo (esa zona de piel entre la vagina y el ano) durante el parto para ampliar la abertura vaginal. Suena terrible, pero no te preocupes, en realidad no todas las mujeres lo necesitan, se hace solo cuando tu Ginecóloga(o) la considera necesaria para el nacimiento seguro de tu bebé, no la sientes, y también hay medidas que puedes tomar para prevenirla.
La episiotomía solía realizarse de rutina para prevenir desgarros en el parto e infecciones, pero hoy en día se sabe que no es indispensable, y se usa únicamente a discreción del Ginecólogo cuando:
La cabeza de tu bebé es muy grande.
Cuando el bebé está teniendo sufrimiento fetal por el lento progreso del parto.
Si tu bebé viene en presentación de nalgas.
Requieres el uso de fórceps o ventosa para ayudar al bebé a nacer.
Si la posición de tu bebé requiere una mayor apertura.
Cuando tu Ginecóloga se ve forzado a sacar a tu bebé de emergencia.
Si tus pujidos no son suficientemente fuertes.
Prevenir un desagarre mayor si eres muy estrecha.
Pasos
Si tu Ginecóloga(o) la considera necesaria, estos son los pasos que toma:
Anestesia. Si estás bajo el efecto de la epidural, esta es suficiente. Si no la tuviste, tu médico puede utilizar una inyección de anestesia local. Pero aún si se tratara de una emergencia y no tuvieras anestesia, el corte en sí no lo sientes porque tu piel de todos modos está desensibilizada por la labor de parto.
Incisión. Tu Ginecóloga realiza el corte con un tijeras quirúrgicas o bisturí. La episiotomía puede hacerse con un corte llamado mediano, que es una incisión vertical de la vagina hacia el ano. El otro tipo de episiotomía que suele practicarse se llama medio lateral, y es un corte de la vagina hacia abajo en diagonal.
Cuidados
El periodo de cicatrización de los puntos es de unos diez días. Durante este tiempo se considera normal que la mujer tenga sensación de tirantez. Si el dolor se agudiza o aparece hinchazón o supuración, hay que consultar enseguida con tu Ginecóloga en Guadalajara.
Es fundamental mantener una higiene escrupulosa: lavarse los puntos al menos dos o tres veces al día con agua y jabón antiséptico, mantener la herida lo más seca posible, y usar compresas estériles y prendas interiores de algodón que faciliten la transpiración. Los puntos se caen solos.
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