Cáncer cervical
En muchos de los casos el VPH puede llegar a convertirse en Cáncer cervical, es por esto que es importante tener chequeos continuamente ya que el VPH es una enfermedad muy común en mujeres.
En la última década, los subtipos del VPH 16, 18, 31 y 35, han mostrado una estrecha relación como factor etiológico, transmitidos por vía sexual, ya que tienen éstos una elevada afinidad por el epitelio epidermoide de esta área.
La infección, depende directamente del estado inmunológico del huésped y del estado del sitio de la transmisión, se ha demostrado que en pacientes con inmunodeficiencia de células T son de alto riesgo para infectarse por vía genital con el VPH.
Los estudios, han sugerido que la infección con el VPH “va y viene”, se cree que una vez infectado el individuo nunca se libera del virus y, que el desarrollo de la neoplasia, está directamente asociada a los subtipos 16 y 18 de VPH. Estudios epidemiológicos utilizando el DNA del VPH, con métodos de hibridación para demostrar la presencia de marcadores del virus han demostrado que el virus tiene un papel determinante en la malignización del epitelio, esto muestra que la infección por VPH es altamente predictiva de las lesiones cervicales (displasia y carcinoma).
En el Instituto Nacional de Cancerología de México, se admiten al año 700 nuevos casos de cáncer cérvico-uterino o mejor conocido como Cáncer cervical, de éstos casi 80% son cánceres invasores y 21% es carcinoma epidermoide de alto grado. La necesidad de continuar las investigaciones sobre el papel del VPH es prioritaria en nuestro medio y, en el futuro posiblemente el desarrollo de una vacuna que sirva para erradicar y/o controlar los virus del papiloma humano. La mejor opción terapéutica del cáncer cérvicouterino en EC I y II, es la radioterapia, así como la cirugía. Los resultados de sobrevida y curación son similares y, en estos casos, la decisión terapéutica le corresponde al clínico.
Cáncer cervical