El Embarazo múltiple

Es la gestación simultánea de dos o más hijos. El embarazo múltiple más frecuente es el llamado dicigótico o bivitelino, que se produce cuando dos óvulos son fecundados por dos espermatozoides. En este caso, cada feto se desarrolla en su propia bolsa y dispone de su propia placenta. Las características genéticas de los futuros bebés no son idénticas, por lo tanto, pueden no tener el mismo sexo y no parecerse entre sí.

Estos embarazos se producen espontáneamente, sobre todo cuando la pareja se somete a un tratamiento de fertilidad (hecho que ha causado un aumento espectacular del número de embarazos múltiples en los últimos años). El embarazo monocigótico o univitelino se da cuando un óvulo fecundado se divide en dos. Los fetos comparten la placenta (si bien cada uno puede tener su propia bolsa amniótica) y tienen los mismos rasgos genéticos. Son idénticos.

Diagnóstico

Se puede detectar mediante la ecografía que se realiza en el primer trimestre de gestación. Algunos signos, como el crecimiento acelerado del útero, su tamaño más grande de lo normal, haber realizado un tratamiento de fertilidad…, también hacen pensar que la mujer puede estar esperando más de un hijo.

Riesgos

El embarazo múltiple se puede considerar especial, pero no problemática, aunque exige una vigilancia más intensiva. El riesgo de aborto es mayor que cuando sólo hay un bebé. Hay gestaciones en las que uno de los dos embriones (el más débil) es eliminado por el organismo durante las primeras semanas, una pérdida que puede pasar inadvertida para la madre, pues la gestación del otro feto sigue con normalidad. La mujer nota antes y con más intensidad las típicas molestias del embarazo y tiene más riesgo de sufrir diabetes, anemia, hipertensión o edemas. Los fetos tienen más probabilidades de sufrir alteraciones en el funcionamiento de la placenta o crecimiento intrauterino retardado.

Cuidados

La embarazada ha de tener unos cuidados especiales y un control de embarazo escrupuloso para alargar todo lo posible la gestación y evitar trastornos y complicaciones.

Es primordial descansar mucho, tanto de día como de noche (conviene tumbarse de lado, a ser posible, sobre el lado izquierdo). En algunos casos, su Ginecóloga(o) incluso recomienda reposo en los últimos meses. Los viajes y otras actividades que pudieran estresar o fatigar a la madre están prohibidos en esta etapa. No conviene practicar deportes desde el segundo trimestre (aunque es muy efectivo realizar un programa de ejercicios de relajación que favorecen el flujo de sangre y oxígeno que llega a los fetos o yoga prenatal), y se deben evitar las relaciones sexuales a lo largo del tercer trimestre.

En cuanto a la dieta, es beneficioso que la futura mamá aumente moderadamente la cantidad de calorías (unas 300 adicionales cada día), y tenga una alimentación variada y equilibrada. Además, suele necesitar una aportación complementaria de hierro, yodo y ácido fólico para hacer frente al requerimiento de los fetos.

Los síntomas y trastornos característicos del embarazo (náuseas, vómitos, digestiones pesadas, dificultad respiratoria, lumbalgias, ciáticas, estrías…) también son más agudos cuando se espera más de un bebé.

En cuanto al parto, muchas mujeres dan a luz a sus hijos sin cesárea. Su Ginecólogo en Guadalajara evalúa en cada caso si el parto vaginal es posible tras sopesar los antecedentes obstétricos de la madre, la posición de los fetos, etc.

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