Posición del feto durante el embarazo
En un 96 por ciento de las gestaciones aproximadamente, la posición del feto es boca abajo o se coloca en esta posición en los días previos al parto. En el 4 por ciento restante, se queda sentado (de nalgas) o, aunque es menos común, atravesado en el útero.
La posición del feto en estas presentaciones, el parto resulta más complicado para la madre y el hijo. El feto se abre paso a través del canal del parto con las nalgas, que es la parte más blanda de su cuerpo, y la cabecita corre el peligro de quedarse atascada en la pelvis de la madre.
Causas
El riesgo de que haya una presentación anómala al final del embarazo es mayor cuando el útero no está bien, tiene alguna malformación, un mioma u otra patología similar que dificulte la libre movilidad del futuro bebé.
También es más común cuando hay placenta previa, escasez de líquido amniótico o si vienen dos niños (uno de ellos suele colocarse de nalgas). Ser primípara es otro factor de riesgo, sobre todo si se tiene más de 35 años.
Riesgos
La complicación más grave de un parto de nalgas es la llamada «distocia de cabeza última », que consiste en el estancamiento de la cabeza del bebé en el periodo expulsivo. Podría causar graves lesiones por falta de oxígeno. Por suerte, este accidente es muy raro (cada vez más) porque, cuando se prevén dificultades, se hace una cesárea.
¿Cómo será el parto?
El Ginecólogo puede intentar el parto vía vaginal, con anestesia epidural, si la mujer ha tenido otros hijos y el futuro bebé no es ni excesivamente grande (de más de 4 kilos) ni prematuro (de menos de 1,5 kilos).
– El Ginecólogo recurre a la cesárea cuando el diámetro de la cabeza del feto es grande (de más de 9,5 centímetros), el feto viene en posición podálica (con los pies por delante) o es un embarazo de menos de 32 semanas.
– A veces el niño se voltea él solo en el último momento. ¿Y si no es así? ¿Es posible darle la vuelta desde fuera? En muy raras ocasiones, se intenta corregir la posición del feto antes del parto mediante maniobras en el abdomen de la madre.
Los Ginecólogos en Guadalajara no son partidarios de intentarlo porque comporta algunos riesgos importantes: alteración en la frecuencia cardíaca del feto, problemas respiratorios, sufrimiento fetal, así como rotura de membranas, desprendimiento de placenta y hemorragia.